El autor comenzó la presentación agradeciendo su colaboración al Ayuntamiento de Irun, a la Asociación Oskarbi, en especial a Bakarne Estomba, y a todos los que han participado en la aventura de este libro. También señaló la deuda personal que queda con su propia familia, con sus abuelos, con sus padres, con su hermano…

Se hizo una referencia al título y se aclaró que, en realidad, los héroes no existen sino a posteriori, cuando la literatura (o actualmente el periodismo) transforman hechos cotidianos, fruto de la responsabilidad y de la ética personal, y a veces involuntarios, en actos heroicos.

La novela refleja una doble historia, primero la de los abuelos del autor (año 1921, en una rápida secuencia se conocen, se casan, ella queda embarazada, él acude a la guerra, aunque recién casado y esperando una hija quizás podía haberse librado. Muere pero ella no lo sabe y emprende un viaje en precarias condiciones para saber de él). El otro relato es el del narrador, que vive entre los 50 y los llamados años de plomo en el País Vasco, bajo el terrorismo de ETA. Así, se ofrece al lector una reflexión comparativa: la condición heroica en aquella guerra (que se adquiere por lo escrito, prensa o literatura: los héroes, pues, no existen, aunque sí los actos heroicos. Y esto es así ya desde Homero)… y la que se atribuyen los terroristas homenajeados en los llamados “ongi etorri”.

Finalmente, a pesar de la temática, la novela está trufada del tono habitual del autor, cierta estética de la «comedia cruel» que caracteriza su estilo narrativo.